Varias decenas de pobladores del reparto Loma Fumero, del municipio habanero de Regla, bloquearon una calle para exigir una solución a la crisis del agua que ya afecta por casi 30 días a ese territorio.
“Claro que estábamos aquí, somos vecinos. Yo soy una vieja de 71 años; mi esposo tiene 74 años. Llevamos 28 días sin agua. Aquí hay niños, hay viejos. Todos los vecinos estaban ahí y lo único que pedían eran agua”, relató a Martí Noticias María Teresa Argüelles, quien aseguró que lleva 69 años viviendo en la zona.
El sábado, alrededor de las 7 de la noche, el añorado camión cisterna llegó al lugar: “Venía con cuatro envíos de agua, pero que el 16 hubo también un envío, pero se quedó la Loma sin saturar. Cuando llegó la nueva pipa empezó por donde se había quedado y toda la Loma para abajo se quedó igual, entonces las gentes se sentaron ahí y no dejaban pasar la pipa para abajo”, dijo la mujer.
Las protestas por falta de agua potable durante un largo período, se han hecho frecuentes, en especial en La Habana. Los manifestantes colocan calderos, cubos y otros recipientes vacíos en la calle mientras gritan consignas como "Queremos agua".
El gobierno asegura haber adquirido equipos de bombeo de alta tecnología para paliar la falta de agua y que se realizan esfuerzos para reducir las pérdidas por salideros, entre otras medidas.
Pero la resolución de las crisis queda en manos de funcionarios de los gobiernos locales sin acceso a recursos suficientes para resolverlas.
“Vamos al gobierno y damos la queja y no resuelven ningún tipo de problema. Vecinos han bajado varias veces, en buena forma le dicen que sí, que va a venir, pero nada”, lamentó Argüelles.
“Vino la policía y vino una persona del Gobierno que no sé qué cargo tenía y, quedó la compañera, en que este domingo iba a resolver el problema porque la pipa que tiene Regla, dice, que está rota, que esa pipa es de otro lado”.
Martí Noticias llamó a la Asamblea Municipal de Regla y a Aguas de La Habana, pero no contestaron el teléfono.
En conversación con nuestra redacción, el activista Pedro Albert Sánchez atribuyó el descalabro a la centralización de todas las esferas del país en manos estatales:
Con Agua y Saneamiento, la empresa que presta los servicios de acueducto, alcantarillado y saneamiento a nivel nacional “ocurrió lo mismo que con la agricultura, con la producción de bienes y servicios, con todas las cosas, el Estado se echó encima toda la economía del país, toda la vida del país y no pudo con ella”.
El servicio de agua por “pipas” no alcanza a cubrir la demanda de toda la población afectada debido a la insuficiente cantidad de estos vehículos, así como su antigüedad que puede generar más averías y retrasos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), más de 600 mil personas recibieron agua por pipas en 2024, y los ciclos de abasto fueron superiores a 15 días para el 80% de los clientes.
Millones de cubanos han enfrentado semanas, e incluso meses sin agua potable, viéndose forzados a comprar el líquido a precios elevados en el mercado negro.
“Cada día, las personas van a protestar por dos motivos fundamentales, primero porque la situación se torna más difícil. Estamos en un clima asfixiante para nuestra vida, para los más elementales problemas que tenemos que resolver y, segundo, ya no le queda ninguna otra forma a la dictadura para mantenerse en el poder que no sea la represión”, indicó Albert Sánchez.
“Saben que no pueden resolver los problemas en la vida real. Ahí están los basureros hablando, los baches en las carreteras, los edificios que se derrumban. ¿Cuál es la situación? Todo el mundo la conoce, mira para los lados y la verás. Entonces, cada día va a ir progresando la protesta y la manifestación. Va a ocurrir en centros de trabajo, en escuelas, en las iglesias, va a ocurrir donde quiera que haya personas reunidas”, recalcó el activista.